CÁNCER ¿A MÍ?
por Pablo Huneeus

Francisco Fuentealba, en un saludo de Facebook fechado Sunday, 5 March 2023 at 13.29 comentó:
“Para mi gusto, su libro inolvidable es ¿Qué te pasó Pablo?”:

Mi respuesta, el miércoles ocho at 10:52 de la noche fue: Sí, eso pregunta la periodista Cecilia Serrano, cuando tras animar el noticiario de TV 13, telefonea extrañada de no ver mi habitual columna de opinión en el diario La Tercera.

Dicho libro contiene los artículos, muchos impublicables hoy, que llevan a la echada, situación tan típica de la copia feliz de Edén como es andar en la cuerda floja y hacer malabares con la tarjeta.

Ahora, en cambio la cuestión vuelve a ser materia de libro en ciernes, pues la gota de sangre de narices que vi caer al wáter la madrugada del miércoles 25 de enero, afecta a mucho hombre.

No era de narices, era la consigna del cáncer de próstata, reiterada con otra más larga a las 16:00, casi un chorro. Aqueja sólo al género masculino, y con mayor virulencia pasado los cincuenta años de edad, sea santo de altar, buzo táctico o cuatrero de armas tomar.

Se detecta con un simple examen de antígeno prostático (PSA) realizado a partir de una pequeña muestra de sangre que de cualquier brazo una dulce enfermera le extraen al paciente con jeringa.

Para hacérselo, al menos 24 horas sin fornicar ni masturbarse + orden médica + $48.354.- particular, o $12.850.- por Fonasa. Valores ambos de la Alemana de la Dehesa, buque insigne de las clínicas más caras y avanzadas del país.

Acusó un nivel de 332,20, o sea casi diez veces más alto desde mi último chequeo, antes de la pandemia.

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Crónica en desarrollo, a medida que las sondas, biopsias y consultas médicas, junto a las amistades que premunidas de buenas vibras y ensaladas de fruta, dejen tiempo para escribir.