Pablo Huneeus
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EL HOMBRE DE PLATA
por Pablo Huneeus

La plata (símbolo Ag, por llamarse en latín “argentum”, de donde viene el vocablo “argentina”) es un metal brilloso que atrae la vista y estropea al hombre. Entre sus efectos tóxicos cabe mencionar:

1.- ES ADICTIVA. Contraria a la creencia popular de que si alguien tiene plata, no roba, se sabe ahora que a mayor dinero acumulado, más irrefrenable es la compulsión de apiñarlo por medios ilícitos. A igual que el drogadicto, para satisfacer su manía no trepida el platudo en inventar las más sofisticadas pillerías.

Víctima de una verdadera psicosis, es incapaz de pensar en otra cosa, ve el matrimonio, la familia y hasta su razón de ser en términos de plata. Aunque le adviertan el peligro, no puede evitar terminar arrollado por una máquina que de ser un medio de vida, se convierte en la finalidad, sino el fin, de su existencia.

2.- ES MAGNÉTICA. Dotada de un campo magnético invisible, tiene la cualidad del imán de atraer a su semejante –la plata busca plata– y de repeler las fuerza contrarias.

Este efecto, denominado “bola de nieve”, facilita emprender negocios que aumenten exponencialmente el capital operativo. A mayor fortuna, más grandes y osadas maniobras de acaparamiento, las que a su vez permiten al hombre de plata dar rienda suelta, y hasta avanzada edad, al vértigo de engullir cantidades cada día mayores de argento.

3.- DISPARA LA AUTOESTIMA. Su ingesta causa en el organismo humano un rápido aumento de la presión sanguínea, acompañada de cefalea y delirios de grandeza. Debido a la actitud servil que tiene la gente ante el rico, la plata provoca en su depositario la convicción de ser hombre apuesto, brillante y de raza superior.

Para comprobarlo, ver las calificaciones que hacen de sí mismos los millonarios, los libros que los mandan escribir sobre sus logros empresariales, y las entrevistas donde el periodismo vendido los glorifica cual dioses del Olimpo.

4.- DISTORSIONA LA ÉTICA. El dinero como finalidad suprema del ser, fomenta otra ética. A diferencia del caco que roba a desconocidos, el capo mayor empieza su carrera pelando la casa paterna, para luego estafar a sus hermanos en la fe, y seguidamente licuar a los propios accionistas que lo nombran gerente general.

Es lo que hoy se llama “affinity crime”, atraco a los afines y cercanos, a la empresa donde trabaja, y sobre todo al gobierno que sirve. Vacía las arcas fiscales hasta culminar su paso por la alta dirección pública en calidad de multimillonario.

5.- CENTRALIZA LA SOCIABILIDAD. Así como la plata busca la plata, los ricos buscan a los ricos. Se entienden y defienden entre ellos, cualquiera sea el medio por el cual acopiaron el preciado metal, formando así una elite que gobierna para si misma.

De animador a senador, de armador naviero a especulador aéreo y de sostenedor educacional a operador político, todos son amigos. ¿Requisito de ingreso al club? Embolsarse de veinte palos mensuales hacia arriba.

6.- CAUSA DESCONFIANZA E INSEGURIDAD. A mayor desigualdad entre quienes tienen y quienes no, mayor el sentido de encierro de los primeros. Temen por sus bienes, y con razón pues la concentración del bienestar (educación, salud, casas, viajes) que conlleva la plata, fomenta en los desposeídos la anomia y la rebelión.

7.- FRAGMENTA LA CULTURA. El cuerpo de conocimientos, ideas, usos y costumbres que forman la nación, empieza a desintegrarse cuando la educación va en función del brillante mineral. Aparecen las educaciones sectarias, orientadas a ghettos particulares, que forman generaciones de ególatras, aquejados todos de un incorregible complejo de superioridad.

Entretanto, quienes más necesitan educación para salir de la pobreza, reciben la de peor calidad.

8.- CONCENTRA LA INVERSIÓN. Otra propiedad del argentoso elemento es que además de atraer la vista, concentra la inversión social –hospitales, puentes, colegios– en las áreas de mayor ingreso. Esto genera un vasto movimiento migratorio desde el campo a la ciudad, con el consecuente hacinamiento en torres que nadie ama.

Si bien hecha collar, o pulsera, resalta la belleza femenina, como elemento rector del urbanismo engendra moles de concreto, reventazón de calles, y plaga de letreros publicitarios.

Moraleja: la plata es como la cocaína, corrompe.

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