Pablo Huneeus
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LA PORUÑA DE LA MUJER PICADA
por Pablo Huneeus

La Ley Nº 19.968 que a partir del 1 de octubre 2005 puso en marcha los Tribunales de Familia se ha convertido en la poruña de la mujer picada.

Todo el tinglado de 335 jueces habilitados para atender iniquidades domésticas en 60 tribunales, la frondosa burocracia que los secunda y los flamantes edificios dispuestos para tal propósito, se ha visto colapsado por la avalancha de causas mercenarias en que mujeres despechadas reclaman billuyo de hombres que alguna vez las poseyeron.

So pretexto de darle de comer a la infancia —“demanda de alimentos” se llaman—, subyace un franco resentimiento contra el poder masculino. Tanto es el clamor de fámulas resentidas que han debido abrirse en dichos juzgados ventanillas especiales para el cúmulo de “Órdenes de Arresto” que piden furiosas, las que deben solicitarse en triplicado de 8.30 a 11.00 horas.

386.000 demandas en doce meses, declara por la radio el ministro de Justicia, Isidro Solís. Un éxito de la concertación, falta sólo afinar algunos detalles para hacerlas más expeditas, mas caga hombres.

Todas por dinero, todas inspiradas en el precepto feminista de que los niños, aún pasado la lactancia, pertenecen 100% a la madre y todas animadas por un substrato sicoanalítico de frustración afectiva que gatilla cuadros de paranoia parental (miedo que el padre le quite sus críos). Son sus rehenes, su fuente de ingreso y su objetivo alternativo de sensualidad.

La pura reforma de los nuevos Juzgados de Familia (más jueces, más funcionarios) le ha de costar al país 23.000 millones de pesos anuales. Pero es tal el éxito de la iniciativa, tan sentida es por el estamento femenino, que la presidenta Bachelet destaca entre los logros de su primer año de gobierno “la pensión de alimentos”, como si ella pagara alguna.

AMOR POR PLATA

Junto a la nueva Ley de Filiación (Nº 19.585), esta novel legislación, calcada del socialismo alemán, trastoca la idea tradicional de familia en nuestra sociedad (padre, madre e hijos), reduce el rol de padre al de mero semental y convierte a los menores en objetos de peculio, como que hoy le basta a una aventurera embarazarse de un sujeto productivo para tener de por vida una millonaria pensión.

Es el caso de un vecino de Butachauques quien, frisando para los setenta años de edad, a los días de entrar en vigencia la mentada ley fue demandado por $9.600.000.- anuales, más el usufructo de su campo, a causa de haber fecundado a la corredora de propiedades con la cual una vez durante la dictadura fue a visitar un predio ganadero que le ofrecían en la cordillera. Había toque de queda entonces, lo que obligaba a recogerse donde fuera que cayera la noche.

Era casado, varios hijos y nietos forman con su esposa una familia nuclear muy unida. Igual, reconoció legalmente el producto de esa caída y empezó a pagarle colegio y mesada. Discretamente estaba tratando de acomodar al domingo siete en su familia, cuando irrumpe en su casa una patrullera de Carabineros para notificarlo de la demanda que la corredora le lanzó desde Valdivia, donde ella vive regiamente con su madre viuda y su muy apegado hijo único.

A igual que con todas las demandas del nuevo formato, tuvo en la relación humana de los involucrados el efecto de una puñalada entre las costillas, siendo la primera víctima quien da la estocada, pues tirar a matar pudre la mente: lo acusó de la típica letanía de mentiras (avaro, degenerado, come guaguas, etc.) que se supone, ablandan a las juezas. Seguidamente, el muchacho mismo se rayó su poco al tener que hacer la de Calígula contra su padre, además de perder el aprecio que se estaba ganando entre sus medio hermanos. Ninguna persona bien nacida acepta que agredan al rey, por muy rajadiablos que sea.

—Es como si una yegua desbocada hubiera entrado a la huerta —dice haciendo ademán de ahorcado, —la siembra que uno ha hecho con tanto cuidado, se fue a la cresta con la demanda. Donde había perejil y cilantro, quedaron puros abogados y trámites.

Encima, como buen guaso ladino, sabe lo desviado que suelen quedar los adolescentes cuando los crecen entre puras faldas. Sin modelo de padre, regalón de las comadres y viendo en los ojos de mamita que los hombres machos causan tanto sufrimiento ¿qué se puede esperar?

¿Era tan mala la noción clásica de familia, la presidida por un “pater familias” viril con potestad real sobre sus hijos, fueran o no matrimoniales? Para corregir ciertas iniquidades puntuales, como apaleos y curaderas, ¿había que perpetrar una emasculación legal del padre? Hoy sólo puede negarse un rato a que salgan del país.

Un rato no más porque otro amigo perdió sus niñitas luego de que fueron autorizadas a irse a vivir a Bélgica, con la nueva pareja de mamá. Para verlas que sea, él debe pagar su pasaje y una tremenda tucada en Euros de “pensión alimenticia”.

“Todas las familias felices son iguales, pero cada familia infeliz es infeliz a su propia manera.”, plantea Tolstoy al inicio de “Anna Karenina.” O sea el bien, lo normal y decente tiene una pura fórmula, en cambio el accidente, lo irregular y perverso tiene innumerables caminos. Uno de ellos es el de acusar al padre de abuso sexual, el que puede ser hasta un abrazo de despedida magnificado por la sicóloga, sin que nadie objete los besuqueos y manoseos que practican ciertas fámulas sobre sus “bebés” hasta grandes.

QUÉ HACER

1.- Las demandas de filiación, tal como los delitos criminales, deben expirar a los diez años de cometido el coito incriminatorio. Esto, por lo mismo que los niños se adoptan recién nacidos y no de adolescentes. A los diez, doce años ya tienen su personalidad definida y no resulta transplantarlos.
2.- Dado que con la ancianidad disminuye la capacidad de generar ingresos y aumentan los gastos de salud, los adultos mayores de 65 años deben ser exonerados de pagar pensiones alimenticias.
3.- Las demandas deben radicarse en la región del acusado. De Santiago a Iquique vale más que Buenos Aires y de Puerto Montt en avión son $297.608.- (USD 555.-) En bus, esos 5.180 kilómetros para cada audiencia, implican cuatro a cinco días de encierro sobre ruedas.
4.- A fin de proteger a la familia, debe suprimirse la pretendida igualación entre hijos matrimoniales y naturales para efectos de derechos hereditarios y obligaciones económicas del padre.
5.- Poner coto a la moda de criar guaguas en exclusiva, sin padre presente. La ley actualmente restringe la socialización paterna a un pueril intercambio de dinero por derecho a visita.
6.- La tuición debe ser hasta los cinco para la madre, de cinco a diez compartida en igualdad de condiciones y de los once a los dieciocho automáticamente al padre cuando son hijos varones.

RÉPLICA DESDE CANADÁ:

Pablito:

¿Qué pasó, a qué esta columna?

¡No me digas que te apareció un huacho más cerca de lo que quisiéramos! Esta es una columna con una intensidad que no veo normalmente en tus artículos. En todas las familias pasa, así que no hay para qué taparlo.

A un tío mío se le apersonó en la puerta de la casa un huacho que buscaba su fortuna, lamentablemente la que contestó la puerta fue mi Tante, una alemana de Temuco u Osorno, bueno de por ahí, quién lo mandó retobado que no volviera a joder... y de don Domingo Siete... nunca más se supo.

En PDM (país de mierda), cualquier brecha se abusa, si me declaro victima de Pinochet, ya tengo una pensión, Jean Chretien le dio entrada a Canadá a los chilenos sin necesidad de visa de turista y fueron literalmente miles los que llegaron acá y luego declaráronse refugiados políticos; esta ley de filiación ha sido sin duda abusada, pero no concuerdo contigo en que el huacho no tiene derechos similares a los hijos. La razón de su existencia no deriva del crío, sino de los adultos que se pegaron su revolcón más o menos loco. La herencia se diluye igual si el niño adicional nace de la legítima esposa o proviene de un desliz.

Lo que me molesta de la ley chilena actual, que sí es una mejora sobre el sistema feudal que imperó hasta hace pocos años es que sigue siendo paternalista y decidiendo por formula, sin dar mayor margen de acomodación a los involucrados.

Viviendo en Canadá, yo puedo testar a favor de tu gato y no a favor de mis hijos si se me antoja, pero en PDM no, el código napoleónico determina quien recibe.

En Montreal, Axel Brinck

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