LAS PLATAS DE LA TELETON
por Pablo Huneeus

Dadas las reiteradas expoliaciones a la gente sencilla cometidas por la dirigencia del país, es comprensible que el senador Jorge Lavandero haya manifestado dudas sobre la Teletón, una institución de beneficencia que por medio de la televisión recauda dinero para niños minusválidos.

“Me interesa saber cuánto es caridad y cuánto es negocio,” dijo. Como a mí me interesa lo mismo, fui al centro de la capital a averiguarlo. Esto supe:

1.- En las alturas de la flamante sede de Superintendencia de Valores y Seguros, Alameda 1449, aprendo que ellos sólo controlan las sociedades anónimas abiertas, vale decir las que tienen al menos 500 accionistas. Sus balances son públicos. En cambio, las sociedades anónimas cerradas, que son las más, operan en Chile en el más absoluto sigilo, sin control de la autoridad, ni obligación alguna de informar a nadie.

2.- Por su parte, las fundaciones, sectas religiosas y “corporaciones sin fines de lucro”, como la Teletón, el Colo Colo, el Opus Dei, Alcohólicos Anónimos, Instituto de Rehabilitación Infantil y la Colonia Dignidad de Paul Schaeffer, están exentas de impuestos y de fiscalización. Operan bajo la tuición del Ministerio de Justicia, calle Morandé 107. Pero ahí me dicen que ellos sólo ejercen un control “estatutario”, no contable ni tributario. Si bien en abril deben presentar al menos un balance simple de ingresos y egresos, el Ministerio no controla los fraudes y desfalcos que puedan cometer. Sólo por orden del tribunal competente o del Congreso Nacional, se entrega información sobre ellas.

3.- El presidente de la Fundación Teletón, como quien dice el que dispone de los millones recaudados en “las 27 horas de amor”, es nada menos que el empresario demócrata cristiano Andrés Navarro, figura central del “Negociado de los Pasaportes” denunciado en esta web el 30 de Septiembre 2002 (ver Artículos Anteriores). Como se recuerda, ése es otro caso más de exacciones ejercidas por millonarios en contra de la gente común, la que ahora debe pagar $38.430.- por esa libretita azul de 30 páginas.

4.- En el sitio www.teleton.cl en el cual Navarro afirma que está la “cuenta pública de la institución”, sólo hay un listado de costos operativos, cuánto se gasta en kinesiología o terapias, la “recaudación histórica” y otros datos generales que poco dicen. No aparece ahí información de gastos en pasajes, artistas, producción de gigantografìas, giras, honorarios a los directores, sueldos o sobresueldos a ejecutivos y agasajos a quienes participan en el evento.

5.- El encargado de recolectar las donaciones que hace la gente misma a lo largo el país es el “Banco de Chile”, el mismo que fuera centro de operaciones de la defraudación de 3 mil millones de dólares perpetrada por “los pirañas”, el que menoscabara a los aporreados accionistas “clase A”, y el que se fundiera con la libreta de ahorros de mi tío Ricardo, pues al ir con la Posesión Efectiva, dijeron que los costos de manutención habían “auto consumido” sus ahorros.

Su actual propietario, Andrónico Luksic G., recibió del Gobierno un crédito de 120 millones de dólares para fusionarlo con el Banco Edwards. (Ver “El Regalito de Lagos” en el libro “El Dedo en la Llaga.”) Prestarle a la gente necesitada dinero a interés, ha convertido a dicho conglomerado en una de las industrias más lucrativas del país.

6.- La plata en contante y sonante que la gente entrega en las cajas abiertas para la ocasión está expuesta a malversación. Al depositar mil pesos en mi cuenta, tengo cómo verificar si fueron donde corresponde. Pero si un cajero en las 27 horas timbra uno que otro recibo sin ingresar el monto, o que no estén foliados, no hay manera de comprobar si mi donación entró. Tampoco supe de las ganancias por intereses que hace el banco al disponer del enorme capital que reúne en la operación.

7.- Las demás empresas que participan también se benefician enormemente por plusvalía de marca, aumento de ventas e imagen corporativa. Del mismo modo, la popularidad de los artistas que participan, y su consecuente tarifado, aumenta al figurar en el show, siendo dura la pecha por aparecer y en horario de alta sintonía. Tanto el consumo masivo que sustenta a las empresas, como el “rating” del artista dependen, no lo olvidemos, del pueblo llano.

Si a lo anterior agregamos que el protagonista central de esta iniciativa, Mario Kreutzberger, es multimillonario en dólares con residencia en los Estados Unidos de Norteamérica, tenemos que la Teletón es en esencia gente rica pidiéndole plata a los pobres. Todo, por cierto, para fines muy loables.

Lo que nadie en los edificios de gobierno y de bancos tenía idea, era en qué consiste la caridad. Así que a la vuelta abrí “El Mercader de Venecia” de Shakespeare, donde la bella Portia, disfrazada de magistrado, dice a Shylock: “La virtud de la caridad no es forzada, ni ruidosa; cae del cielo a los de abajo como la suave llovizna. Es doblemente bendecida, pues bendice a quien da y a quien recibe.”

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